Al iniciar nuestra propuesta hotelera, vemos que la decoración de la casa para ese entonces, una casa de 200 años, nos pedía que fuera acorde a su parte arquitectónica, en nuestras manos teníamos algunos elementos antiguos como maquina de cocer, llave te tubo de 48 pulgadas en hierro negro, chocolateras de cobre, maquinas de escribir y otros cuantos elementos que no alcanzaban para el tamaño de la casa.
Con el paso de los días, nos propusimos visitar anticuarios, recicladeros, chatarrerías entre otras, sumado a la mirada y la generosidad de amigos y visitantes que al ver nuestra propuesta desempolvaron objetos que muchos de ellos ya estaban olvidados, recibimos enciclopedias, carteras, radios, sombreros, objetos de cocina antiguos, el pilón de piedra, la despulpadora de café, la picadora de pasto, la desgranadora de maíz etc. Etc
Con el paso de los años hemos ido coleccionando, exhibiendo y renovando las antigüedades y en esta tarea ya teníamos una muy buena cantidad de objetos, seleccionados según su oficio, llega un día en que un huésped nos pregunta si hemos pensado en categorizarnos como una entidad museal, la verdad es que no lo habíamos pensado, a partir de esta inquietud, es cuando decidimos presentar nuestra propuesta para ser evaluados por el Ministerio de Cultura y su ente competente en el año 2016. Nuestra justificación ante la persona calificadora fue: “No buscamos un Museo donde la gente venga a escuchar historias, más bien buscamos que las personas que nos visiten, cuenten sus historias a partir de los objetos que ven.” Nuestra propuesta fue aceptada y se nos dio la certificación como Museo Costumbrista, desde la fecha de esta asignación seguimos presentándonos para la respectiva renovación y certificación como Museo.
Nuestro método de museo es un lugar abierto al público, para que quienes nos visitan se lleven un recuerdo, en sus mentes, en sus cámaras y en sus corazones de lo que el vivir de los ancestros.